Fotografía del mural "La Trinchera" de José C. Orozco (México)

Descripción

El muralismo fue un movimiento artístico iniciado en México a principios del siglo XX, creado por un grupo de pintores intelectuales mexicanos después de la Revolución Mexicana, reforzado por la Gran Depresión y la Primera Guerra Mundial. El deseo por una verdadera transformación aumentó y se comenzaron a hacer demandas más radicales, que buscaban una revolución social, política y económica. Los mestizos, la clase media y baja se unieron contra Porfirio Díaz.

Cuando Álvaro Obregón llega al poder muchos cambios fueron implementados. Tres millones de hectáreas de tierras fueron redistribuidas a los campesinos, los programas educativos fueron mejorados así como se asignaron fondos para fomentar las artes. Parte de estos fondos fueron utilizados por los muralistas para expresar con orgullo su pasado indígena y educar a la gente.

José Vasconcelos fue contratado por Álvaro Obregón como secretario de Educación Pública de México en 1921. Cuando Vasconcelos encontró que el 90% de la población era analfabeta, buscó una manera de enseñar a la gente mucho más sencilla de entender. José Vasconcelos patrocinó la fundación del Centro Artístico, que buscaba la creación de un arte nacional, utilizando los principios modernos para expresar sus ideas a través de murales. Entre los muralistas que conformaron el Centro se destacan José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.

Fuente: Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Muralismo_mexicano)

Link del recurso

Recorrido virtual por el edificio de San Ildefonso (murales de Orozco): http://www.sanildefonso.org.mx/museo-digital/2017/2017/acsi6.html

¿Por qué elegimos esta escena?

El movimiento de muralistas mexicanos permite ver una experiencia de arte público con una función educativa. La Revolución Mexicana fue un proceso complejo que comenzó en 1910 y se extendió por más de una década, atravesando diversas fases y abarcando todo el territorio mexicano.

La Revolución produjo una verdadera refundación del Estado y del sistema educativo, pero también produjo una nueva identidad nacional, que trataba de reunir esa compleja heterogeneidad cultural que caracterizaba a México y que había mantenido a amplios sectores sociales al margen de la educación sistemática. Sin embargo, esa identidad no podía ser en lo inmediato, propagada a través de la escuela, que aún no llegaba a toda la población. En cambio, la apuesta de los líderes de la Revolución (y luego de los gobiernos que la heredaron) fue la de utilizar el espacio público (los edificios públicos, los muros de las grandes edificaciones) para formular, a través del arte, todo un arsenal simbólico de esa nueva identidad y de sus fundamentos históricos, políticos y sociales.

En ese sentido, la producción del movimiento muralista mexicano de las décadas de 1920, 1930 y 1940 puede ser interpretada como una forma de educación que buscó la producción y transmisión de una identidad y que fue en parte asimilada y en parte resistida por vastos sectores de la población.

Última modificación: sábado, 16 de marzo de 2024, 18:20