La historia del pensamiento argentino y americano está constituida por un amplio conjunto de problemáticas, conjunto incrementado en las últimas tres décadas a partir del trazado de nuevos objetos de estudio y métodos de investigación. La producción académica reciente, sobre todo aquella que recoge la perspectiva de la “historia intelectual”, ha incorporado la preocupación por la relación de las ideas con sus canales materiales de circulación (revistas, editoriales, currículas universitarias, archivos, conferencias, agrupamientos culturales), así como por el papel de los intelectuales y sus ideas en los procesos ideológicos de las sociedades latinoamericanas.

Estas nuevas interrogaciones han promovido una significativa expansión y renovación de la historia del pensamiento argentino y americano. En cuanto a nuestro país, ellas sugieren que, a lo largo del siglo XX -en la secuencia política iniciada con el ascenso del radicalismo al poder en 1916 y concluida con el golpe de estado de 1976-, diversos agrupamientos de intelectuales argentinos –cercanos a los partidos de izquierda y, en especial, a las estructuras universitarias- produjeron formas específicas de intervención. Esas formas tendieron a identificar a las revistas político-culturales y los emprendimientos editoriales como el medio privilegiado de reunión y de circulación de las ideas.

En este programa atenderemos especialmente la relación entre edición y revolución. La Revolución rusa de 1917, el acontecimiento que abriría el siglo XX, no sólo tuvo como uno de sus protagonistas clave al partido leninista, sino que además potenció una política apoyada en dos pilares fundamentales: el intelectual profesionalizado en tanto modelo de cuadro revolucionario y el aparato de prensa, entendido como organizador colectivo. Las izquierdas construyeron un gran sistema de producción y difusión de libros, revistas y folletos que buscó que sus militantes y adherentes encontraran el sustento histórico y el fundamento teórico auténticos para la revolución. Si la historia de las izquierdas es la historia de una hipótesis política jalonada por desvíos, rupturas y crisis, uno de los ángulos privilegiados para analizar esos jalones es la circulación de sus materiales impresos. Y esos materiales no sólo reflejan las crisis de las izquierdas (se presenten como reformistas o como revolucionarias), sino también muchas de las prácticas burocráticas que tiñeron sus experiencias durante el siglo XX.

Recientemente, Jean-Ives Mollier y Marisa Midori Deaecto publicaron un conjunto de estudios renovadores sobre la relación entre edición y revolución en Francia y Brasil. En efecto, el poder movilizador del libro y su lectura durante la experiencia comunista ha sido señalado también por otros autores, desde Eric Hobsbawm a Perry Anderson, y recientemente por Horacio Tarcus. El libro constituyó al mismo tiempo un arma política y una herramienta de educación popular no solo para los marxistas o los comunistas sino para la cultura de izquierdas en general. Ambos aspectos se integraron en un proyecto de revolución cultural que enfatizó la dimensión pedagógica de la lectura y a la vez redujo la diversidad posible de los usos del libro. Por ello analizaremos la historia de los intelectuales argentinos y latinoamericanos involucrados en la construcción de esos mundos impresos.